Una visión científica sobre la película “Awake” de Netflix
“Awake” (“Despierta”) en Netflix: ¿Qué ocurre si el mundo entero pierde la capacidad de dormir?
En el thriller de Netflix “Awake” (“Despierta”) estrenado recientemente, un suceso misterioso hace que la humanidad pierda su capacidad de dormir, lo que provoca la histeria y la paranoia masivas. Mientras los científicos trabajan para encontrar una cura, la humanidad debe intentar evitar las terribles consecuencias del insomnio.
La Dr. Verena Senn, Responsable de la Investigación sobre el Sueño y Neurobióloga en Emma – The Sleep Company, nos muestra la importancia del descanso en el contexto de la película.
En “Awake”, de repente todas las personas son incapaces de conciliar el sueño. ¿Existe algún escenario posible para que alguien pierda por completo la capacidad de dormir y sufra consecuencias mortales?
Sí, existe un trastorno extremadamente raro llamado insomnio fatal familiar. Se hereda y se ha documentado que es más probable que aparezca entre los 30 y los 70 años. Los síntomas incluyen insomnio, deterioro cognitivo, pérdida de memoria a corto plazo, pérdida de peso, dificultades para coordinar los movimientos, hipertensión, incapacidad para mantener la temperatura corporal estable y sudoración excesiva. Desafortunadamente, no existe una cura conocida para ello. La muerte sucede normalmente entre 7 y 73 meses después del inicio de los síntomas. Pero aparte de esta condición inusual, la falta de sueño es una causa mucho más común para un mayor riesgo de muerte. Por ejemplo, es responsable de aproximadamente el 20% de los accidentes de tráfico graves.
En la película, la sociedad se desmorona a los pocos días de que la gente no pueda dormir. Algunas personas se vuelven violentas, otras sufren alucinaciones y les es imposible realizar tareas simples. ¿Serían justo esos efectos secundarios derivados de la falta intensa del sueño?
Los síntomas que se muestran en la película son en su mayoría precisos, como lo validan varios estudios. La investigación realizada en 2014 en la Université Laval en Canadá analizó la atención, la memoria, la memoria de trabajo, el funcionamiento ejecutivo, y realizó cuestionarios para valorar la evaluación subjetiva del rendimiento, la tristeza, la ansiedad, el agotamiento, la somnolencia y la hiperactividad¹. Este estudio concluyó que las deficiencias clínicamente graves eran más frecuentes en el grupo con insomnio. En 2019, otra investigación del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sungkyunkwan (Seúl) evaluó los impactos de la conexión entre el insomnio y las situaciones estresantes sobre la ira en las personas que viven en comunidad². Los participantes se dividieron en cuatro grupos según la presencia o ausencia de insomnio o acontecimientos vitales estresantes recientes. La ira fue mayor en las personas con insomnio que en las que no lo tenían. Aquellos que sufrieron insomnio después de eventos estresantes mostraron calificaciones más altas en todas las categorías de ira que aquellas personas que dormían sin experiencias estresantes. Los científicos del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford descubrieron que los trastornos del sueño leves estaban relacionados con un aumento de entre 2 y 3 veces de las probabilidades de informar sobre alucinaciones, pero el insomnio grave estaba vinculado a un incremento de las probabilidades de hasta cuatro veces³.
Golpear intencionalmente a alguien para que quede inconsciente o incluso resucitar parece ser una solución para el insomnio en “Awake”. Imaginemos que esto fuera real: ¿hay alguna diferencia entre estar inconsciente y quedarse dormido como en un descanso nocturno?
Las teorías científicas no han podido confirmar empíricamente cómo “medir” la conciencia al margen del comportamiento. Una de las principales diferencias entre estar inconsciente y quedarse dormido es la posibilidad de tener experiencias conscientes, en este caso sueños. Sin embargo, existen diferentes tipos de inconsciencia. El sueño es uno de ellos, con características únicas, como diferentes fases de sueño o poder despertar con bastante rapidez. Esto no se puede encontrar en ninguna otra inconsciencia. La anestesia, por ejemplo, desencadena una actividad cerebral similar al sueño profundo, pero en diferentes áreas del cerebro. Además, las personas afectadas no se pueden despertar fácilmente.
En general, la principal diferencia es que un sueño saludable supone completar todo el ciclo del sueño. Por ejemplo, el sueño profundo es fundamental para nuestro descanso, pero si nos levantamos después de completar varios ciclos de sueño profundo, nos privamos de otras etapas importantes del descanso como el sueño ligero (procesamiento y consolidación de la memoria) y el sueño REM (reprocesamiento de recuerdos o experiencias en un estado libre de estrés). Cada etapa del sueño tiene sus propios beneficios, por lo que el sueño saludable y beneficioso está formado por todas las etapas combinadas.