El alcalde de Málaga, Francisco de La Torre, ha descubierto en la plaza de la Judería una placa conmemorativa en homenaje a Violeta Friedman, sobreviviente de los campos de exterminio Nazi. Friedman quien dedicó su vida a trabajar desde España por los derechos humanos y a no permitir la negación del Holocausto.

Al acto, organizado por el Movimiento contra la Intolerancia (MCI), con la colaboración del Foro de Pluralismo Religioso de la ciudad y el Ayuntamiento de Málaga, han asistido Patricia Weisz, hija de Violeta y quien continúa llevando su legado; Rubén Bentata, presidente de la Comunidad Israelita en Málaga; Valentín González, coordinador del MCI en Andalucía;  y Julio Andrade Concejal de Participación Ciudadana, Inmigración y Cooperación al Desarrollo.

Violeta Friedman

Violeta Friedman nació en Rumania en 1930. Fue hecha prisionera e internada en el Campo de la Muerte de Auschwitz con toda su familia  antes de cumplir los 14 años. En la misma noche de su llegada, toda su familia fue enviada a las cámaras de gas por orden del doctor Mengele, excepto su hermana mayor.  Violeta estuvo en Auschwitz Birkenau hasta enero de 1945, cuando fue liberada por las tropas rusas.

Durante 39  años guardó silencio, como la mayoría de supervivientes, tratando de olvidar lo inolvidable, pero fue en vano. Al ver como algunos intentaban negar el Holocausto, comprendió que tenía la obligación de contarlo.

Esta mujer será recordada, muy especialmente, por su largo proceso judicial contra Leon Degrelle, ex jefe de las Waffen SS, sentenciado a muerte en rebeldía por un tribunal belga, pero que encontró asilo en España. Degrelle negaba el genocidio nazi, ironizaba sobre los campos de exterminio y efectuaba juicios ofensivos de tono racista y antisemita.

Violeta Friedman, quien falleció en 2000, fue presidenta honoraria del MCI. Durante sus charlas siempre dejaba frases para la reflexión como la que aparece en la placa que podrán leer los transeúntes en la Plaza de la Judería: “Si el eco de sus voces se apaga, pereceremos”.