Especial Fotográfico el grupo Maná conquista Marenostrum Fuengirola recibiendo el show más multitudinario con 18.500 entradas vendidas

Marenostrum Fuengirola conquistó la gira de Maná en cuanto a asistencia, recibiendo el show más multitudinario con 18.500 entradas vendidas.

Casi siete meses de espera desde que se anunció el concierto, en noviembre de 2023, llegaron a su fin, después de cinco años sin pisar ningún escenario en nuestro país. En una noche llena de energía y emociones desbordantes, la icónica banda de rock latino hizo vibrar a miles de espectadores en su esperado concierto en el recinto fuengiroleño. La banda mexicana ofreció una actuación en directo que estuvo a la altura de su gran renombre y que no paró de rebosar éxitos durante su tiempo en el escenario.

Desde horas antes del comienzo del espectáculo, el paseo marítimo de Fuengirola se vio envuelto en una atmósfera de expectación. Los asistentes aguardaban impacientes la apertura de puertas, donde cada minuto contaba, para asegurarse el mejor lugar y poder disfrutar de su artista favorito. El entusiasmo fue palpable en todos y cada uno de los más de 18.500 asistentes que degustaron uno de los mejores menús musicales que un artista puede ofrecer: un setlist épico con las canciones que han sonado en casi todos los rincones del mundo.

Maná consiguió crear una atmósfera perfecta, acompañado de un espectacular atardecer que se fusionaba con el mar detrás del escenario Unicaja. La magia surgió efecto cuando la banda hizo su entrada, interpretando sus primeros temas con una puesta en escena impresionante abriendo boca al recital preparado con “Manda una Señal” y “De Pies a Cabeza”. Estas canciones tan reconocidas no solo cautivaron a sus fans desde el primer momento, sino que marcaron el inicio de una noche para el recuerdo.

“Buenas noches a todo el mundo de aquí y que vino de otro sitio, bienvenidos a todos. Qué hermoso lugar al lado de la mar. Vamos a echar toda la carne al asador y no nos la vamos a acabar, como diríamos en México” declaró Maná entusiasmado a su público dando pie a su gran tema “Corazón Espinado” que levantó furor entre los fans.

Para introducir su canción “¿Dónde Jugarán Los Niños?”, el artista se dirigió a los asistentes mandado un mensaje de respeto a hacia el planeta: “este tema lo escribí para que podamos aportar algo al mundo, no solo con la música, sino como mensaje y letra. La tierra hay que dejarla limpia y cuidada para nuestros menores”. En este momento apareció en el escenario un elefante hinchable que sirvió de decoración en su espectáculo.

Maná no paró de congeniar con sus fans en todo momento haciendo del show un lugar único e improvisado. Brindando con su copa en la mano les dijo: “A mí me gusta improvisar, hay que aventurarse al río y lo voy a hacer con ustedes, así que todo lo que hago lo siento en todo momento, lo que importa es el corazón”.

El momento más bonito de la velada ocurrió cuando se dirigió a su madre para dedicarle un tema: “Las canciones sirven para romper la tregua de mamá, que aguantó duro la muerte de mi padre. Se fue a las estrellas, se lo llevó el viento. Yo tenía siete añitos, es difícil afrontar estas situaciones. Yo no entendía el dolor que mi madre se guardaba con su silencio”. Al terminar la emotiva canción “El Reloj Cucú”, señaló al cielo, cerrando fuerte los ojos y le regaló un beso cargado de sentimiento a su papá.

Llegando al final de la actuación, la banda se entregó en sus dos últimos hits más reconocidos: “En el muelle de San Blas” ambientada con un decorado de un muelle por la pasarela del escenario combinado con la luna llena que se reflejaba en el mar; y “Clavado en un bar” dejando a un público eufórico lejos de querer terminar.

Cuando parecía que el concierto había llegado a su fin, el grupo mexicano sorprendió gratamente a sus fieles entregando un espectacular “bis”. La energía y las ganas de continuar seguían en la cúspide de su público que deseaban alargar el show antes de que la noche concluyera. Maná les regaló un último tema, su conocida canción “Rayando el sol”. Con esta despedida por todo lo alto, Maná dejó una huella imborrable en Marenostrum Fuengirola.

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