Javier Andrade presenta ‘Lo invisible’, “un drama de emoción contenida” que profundiza en la soledad y sus consecuencias para la salud mental
Andrade ha explicado que se trata de un largometraje más de experiencia que de argumento en el que juega con la ambigüedad y los mensajes abiertos
Javier Andrade ha presentado su nuevo largometraje Lo invisible, un drama de emoción contenida –según describe el director- que profundiza en la soledad y sus consecuencias para la salud mental, acercando al espectador a los problemas psicológicos en los que puede derivar una crisis postparto.
El director ecuatoriano ha indicado que lo primero que se le pasó por la mente era “hacer una película linda estéticamente sobre una persona que estaba y se sentía muy sola, envuelta por una atmósfera melancólica y depresiva”. A partir de aquí empezó a construir su personaje para un largometraje que considera “más de experiencia que de argumento, ya que ha querido jugar con la ambigüedad”, para que sea el espectador quien interprete los mensajes desde su propio punto de vista. Al respecto ha explicado que le gusta que cada persona saque sus propias conclusiones y que continúe escribiendo su propia historia después de ver la película, a la que también ha descrito como pequeña e íntima
Andrade ha definido su trabajo como el reverso de su primera película –que fue rodada en la costa de Ecuador- mientras que para ésta se ha trasladado a Los Ángeles. La acción gira en torno a su única protagonista, Anaí Hoeneisen, quien interpreta a Luisa, una mujer de 45 años que, tras sufrir una depresión postparto aguda, vuelve del centro psiquiátrico donde permanecía, para sumergirse en otra especie de confinamiento junto a su familia y empleados. Todos se esfuerzan en invisibilizar sus brotes. Aunque lo intenta, ya no puede mantener su rol de esposa y ama de casa perfecta. Y solo le queda dejarse llevar por la locura.
En el guión – que ha contado también con la ayuda de su protagonista- cobran mucha fuerza los silencios que transmiten mensajes sin apoyarse en diálogos complejos, trazados a partir de ciertos comportamientos y utilizados para evidenciar las diferencias sociales, otro de los temas presentes en la cinta. La actriz y coguionista junto a Andrade quería que la historia fuese especialmente femenina y para ello se ha esforzado en diseñar también a su propio personaje con el fin de reflejar de la forma más realista posible cómo se manifiesta una depresión postparto.
Sobre el proceso de creación también ha destacado que antes de empezar el rodaje prepara un plan estratégico previo con el equipo, pero una vez en el set hay cambios y replanteamientos. Otro de los personajes que ha destacado Andrade ha sido el de una asistenta bastante mayor. Precisamente el temple que le aporta su edad es el bastón de apoyo para los momentos más desgarradores de su personaje principal, otro personaje con mucha garra a pesar de no estar interpretado por una actriz profesional.
Se trata de una coproducción ecuatoriana y francesa. Mejor no hablar de ciertas cosas, fue el primer largometraje de Andrade -premiado en festivales de cine de todo el mundo y propuesta de Ecuador a los premios de la academia en 2014-. Ahora prepara Julio, una película sobre el cantante ecuatoriano Julio Jaramillo, y Loretta Young y los monstruos, una refrescante mirada al género del body horror.