Beatriz Sanchís presenta The Gigantes, una road movie que recrea una travesía fronteriza con una historia de mujeres reales conectadas por el dolor
Sanchís vuelve al Festival tras ganar cinco Biznagas de plata con su ópera prima Todos están muertos
La directora Beatriz Sanchís ha vuelto al Festival de Málaga para presentar su segundo largometraje, The Gigantes. Tras ganar cinco biznagas con su ópera prima Todos están muertos en 2014, se ha mostrado especialmente orgullosa de competir una vez más en Sección Oficial con esta producción mexicana.
Se trata de una road movie –con aires de western femenino – que recrea una travesía por el desierto de dos mujeres muy diferentes, pero conectadas a través de sus heridas, ha descrito la directora. La historia se desarrolla entre la frontera de México con Baja California y aquí radica parte del sello personal de Sanchís, quien ha reconocido que le encantan las fronteras porque son lugares que tienen una esencia mágica y muy particular, por su mezcla de culturas, ambientes y realidades. También le gusta la mezcla de géneros, por lo que ha expresado que le encanta combinar el drama con la comedia.
Sanchís ha explicado que eligió a sus actrices protagonistas porque tenían una conexión real con sus personajes a nivel personal. Su elección fue Andrea Sutton y Ana Layevska, dos actrices no profesionales. Ambas eran mujeres heridas, diferentes pero unidas por el dolor. Y se ha apoyado en ellas y en el resto del reparto para reflejar a mujeres de verdad. Al respecto ha destacado como inspiradora la frase de la actriz y productora Jesica Chastain en el Festival de Cannes, quien aseguraba que no veía a las mujeres que ella conocía en la gran pantalla. Para Sanchís, esta afirmación le ha supuesto un reto porque es exactamente lo que ella se propone con su trabajo. Quiere contar historias de mujeres reales, en las que cualquier mujer pueda verse a través de ellas.
Bajo esta misma premisa también ha intentado mostrar un amplio abanico de muchos tipos de feminidad, como ocurre en la vida misma, sin caer en estereotipos. Además, ha insistido en que no ha querido forzar giros en la personalidad de sus personajes, sino que se ha volcado en que cada uno sea quién es desde el inicio hasta el final del guión.
Por otra parte, Sanchís ha destacado la fuerza de sus localizaciones entre EE.UU. y México, en el que considera uno de los paisajes más bellos del mundo. Por esta razón se ha decantado por rodar en exteriores, en localizaciones reales e impregnadas de mucha luz natural. Ha querido recrear un lugar que fuese una metáfora mágica, donde todo es posible, donde los sueños de sus protagonistas se puedan cumplir mientras huyen de sus realidades en busca de algo mejor.
Asfixiada por las deudas, JJ, una joven White trash estadounidense escapa de Los Ángeles a Baja California, en busca de que un viejo amante la salve de su existencia. La acompaña Esmeralda, una adolescente mexicana de 14 años que se escapa de casa y le ofrece una tentadora suma de dinero si acepta llevarla a ver a su padre. En el camino, surgirá una relación especial entre las dos.
Por último, Sanchís ha resaltado el papel de la banda sonora, ya que ha aclarado que tiene un peso muy importante en el desarrollo de la trama, con temas cantados y compuestos originalmente para su trabajo.