Hasta el 24 de enero de 2016, esta exposición ocupará todas las salas de la Casa Natal con 141 piezas de los cuatro artistas, mostrando un amplio recorrido por la relación de Picasso con sus sobrinos, Fín y Vilató, brillantes estampadores, y Xavier, artista plástico hijo de Vilató y heredero de la tradición familiar.

La línea ininterrumpida. Picasso, Fín, Vilató, Xavier, exposición comisariada por Marta-Volga de Minteguiaga-Guezala, tiene el propósito de revelar la estrecha relación de estos cuatro artistas con las técnicas de la estampación y los impresores a través de una selección de obras de cada uno de ellos, las cuales abarcan el periodo que va desde principios del siglo XX hasta nuestros días. “La estampa siempre ha estado en el corazón de la creación de Picasso, de J. Fín, de Vilató y, todavía hoy, de Xavier”, recalca la comisaria.

Entre las piezas más relevantes de La línea ininterrumpida. Picasso, Fín, Vilató, Xavier destaca El zurdo (1899) el primer grabado que Picasso hiciera y del que sólo existe un único ejemplar, proveniente de la Colección Sylvia Mazo.

La exposición está articulada por cuatro secciones: El Taller Lacourière-Frélaut, donde la tradición familiar se inició; El Taller Íntimo, como lugar donde la estampa se vuelve objeto que compartir; Los Libros ilustrados; y el Estampador en Majestad, donde se celebra un homenaje a las colaboraciones excepcionales entre artista e impresor.

Numa Vilató ha creado un documental expresamente para La línea ininterrumpida. Picasso, Fín, Vilató, Xavier, que también se proyecta como parte de la exposición, que se compone de una serie de entrevistas a personas y estampadores que han conocido a los artistas y que han trabajado con ellos.

Con esta muestra se revela el insaciable apetito de Picasso por las nuevas técnicas que descubría y por los retos que estas le proponían. Durante los primeros años del siglo XX, descubre la técnica del grabado y entrega La comida frugal en 1904. Más tarde, Picasso trabajará con la misma inventiva las técnicas de la litografía y del grabado sobre linóleo. De todos esos momentos hay numerosos ejemplos en La línea ininterrumpida. Picasso, Fín, Vilató, Xavier.

Otra historia que relata la muestra es la familiar, que comienza nada más acabar la Guerra Civil Española, en 1939, cuando Picasso acoge a sus sobrinos J. Fín y Vilató en su casa de París y los inicia al grabado en el legendario taller -hoy en día cerrado- de Roger Lacourière, arriba de la Butte Montmartre. Xavier nace en esta familia y adquiere el gusto por el arte, incluyendo las diferentes técnicas de estampación que sigue explorando desde entonces.